Los precios al consumidor en Estados Unidos se dispararon el pasado mes de diciembre y anotaron su mayor incremento en casi cuatro décadas. Con una inflación al rojo vivo, todo apunta al inicio de las alzas tasas de interés por parte de la Reserva Federal a partir de marzo.
El índice de precios al consumidor subió un 7% en diciembre en comparación con el mismo mes del año anterior, según datos del Departamento del Trabajo publicados el miércoles. Se trata del mayor aumento en 12 meses desde 1982.
En comparación con noviembre, índice de inflación subió en diciembre un 0,5%. La mediana de estimaciones en una encuesta a economistas de Bloomberg proyectaba un aumento anual del 7% y un alza mensual de 0,4%.
Excluyendo los alimentos volátiles y los componentes energéticos, los denominados precios básicos subieron un 0,6% respecto al mes anterior y un 5,5% frente al año anterior, el mayor alza interanual desde 1991.
La inflación es el aumento sistemático y generalizado de precios en una economía. Impacta directamente en todos los consumidores ya que notarán que con su dinero cada vez son capaces de comprar menos cosas.
Las consecuencias directas
Los datos conocidos hoy incrementan las expectativas de que la Fed comience a levar las tasas de interés en marzo. La tasa actualmente se ubica cerca de cero, y varios pronosticadores, incluidos Goldman Sachs Group, prevén que las alzas superarán la marca del 2%.
Esto significará que los créditos serán más caros para los ciudadanos y las empresas, lo que podría provocar una ralentización del consumo y de la economía en un momento en el que la fortaleza de la actividad sigue en entredicho por el impacto de la pandemia.
La dificultad en estos momentos para la Fed es encontrar un punto de equilibro con las tasas de interés en el que se frene la subida de los precios sin dañar una economía que todavía trata de recuperarse tras el efecto del coronavirus.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo ayer que el Banco Central no dudará en actuar si es necesario para contener la inflación y ayudar a garantizar el pleno empleo, aunque espera que el desajuste entre la oferta y la demanda que ha hecho subir los precios disminuya.
“Si tenemos que aumentar más las tasas de interés con el tiempo, lo haremos”, dijo Powell el martes en respuesta a una pregunta en su audiencia de confirmación ante el Comité Bancario del Senado. “Usaremos nuestras herramientas para controlar la inflación”.
Cómo afectará al dólar y la bolsa
En teoría, los aumentos de las tasas de interés en Estados Unidos deberían provocar un fortalecimiento del dólar respecto a otras monedas.
En el caso concreto de las divisas de América Latina, está por ver si ese comportamiento se confirma. Los bancos centrales de las principales economías de la región, como los de México, Chile, Colombia o Perú, han estado subiendo las tasas de interés durante los últimos meses ante las expectativas de que la Fed pronto empezaría a hacerlo, de este modo han brindando cierta protección a sus monedas, una estrategia que, de momento, parece que está funcionando.
En cuanto al resto del mercado, la experiencia apunta a que los inversionistas estarán menos dispuestos a correr riesgos, por lo que los precios de los activos más arriesgados, como el de las criptomonedas, podrían bajar.
“Es probable que las criptomonedas sigan bajo presión a medida que la Fed reduce sus inyecciones de liquidez”, dijo recientemente Jay Hatfield, director ejecutivo de Infrastructure Capital Advisors. “El bitcóin podría terminar 2022 por debajo de los US$20.000”.
“El endurecimiento de la política de la Fed afecta no solo a las tasas de interés, sino también a la prima de riesgo de las acciones a medida que la Fed retira fondos de los mercados de capital. Las inversiones más riesgosas, como las tecnológicas no rentables, las acciones meme y las criptomonedas, se ven afectadas de manera desproporcionada en relación con el resto del mercado, ya que esas inversiones son aproximadamente dos veces más volátiles que el mercado en general, por lo que tienen el doble de prima de riesgo que las acciones promedio”, explicó Hatfield.
El apetito por el riesgo se frena con las subidas de tasas por dos razones. La primera es que al ser más caro tomar prestado dinero para invertir, los inversionistas serán más cuidadosos a la hora de seleccionar sus apuestas. La segunda es que los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, uno de los activos más seguros del mundo, aumentarán, por lo que serán más atractivos como inversión, en detrimento de los productos más riesgosos.
Nota elaborada con información de Bloomberg
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